Después de escuchar, a cada rato, hasta el cansancio, los spots comerciales de la Sociedad Nacional de Minería Petróleo y Energía, en la radio y la televisión peruana; respecto a lo “beneficioso” que es la minería. Así se escucha por ejemplo a un “contratado” decir “Mi nombre es Alcides Quispe, mi DNI es 43757170….” con su historia de que cría truchas más saludables con el agua desechada y “tratada” por la empresa minera, o la historia de la otra mujer que narra que su vaquita ya tiene “novio” y que produce mucha leche, gracias igualmente a la minería; es risible, pues paradójicamente según estas historias, la contaminación que forzosamente acompaña siempre a la actividad minera, es “beneficioso” y “saludable”. Aunque en estas historias sólo faltaba que estas personas, que aparecen en los comerciales, digan una verdad evidente, antes iniciar su palabreo: “… y me ha contratado la Sociedad Nacional de Minería para que decir lo siguiente …”
A todo esto es necesario recordar, respecto a la actividad minera, algunos puntos:
La industria minera es el banderín del modelo neoliberal y global de saqueo de los recursos naturales de América Latina para el beneficio exclusivo de la economía norteamericana y otras potencias. Es decir que absolutamente nada del oro o la plata o cualquier otro recurso que se extraiga de estos yacimientos, queda en manos de la población local. Salvó claro está en manos de los poquísimos “empresarios mineros nacionales” que toman una pequeña tajada para ellos.
La minería a cielo abierto provoca la modificación topográfica más devastadora y supera en daños ambientales y ecológicos a cualquier otra actividad, con lo cual las superficies afectadas quedan completamente inutilizables. Verbigracia: la zona de la Oroya (Perú), absolutamente depredada y contaminada.
El grado de envenenamiento con cianuro, ácido sulfúrico, plomo y otras sustancias toxicas vertido en miles de toneladas al cabo de pocos años, envenena las capas freáticas de agua y altera la química del suelo volviéndolo tóxico-venenoso por cientos de años.
Estas empresas después de muchos años abandonan los yacimientos dejando el pasivo ambiental a cargo de los Estados provinciales y el tendal de gente enferma, discapacitada y sin ninguna protección. Los pueblos que surgieron con las minas, mueren y sus pobladores terminan agolpándose en ciudades en busca de trabajo. Un claro ejemplo de la contaminación por la minería lo tenemos la ciudad de Cerro de Pasco, y ejemplo de empresa minera “formal” y “responsable” a Doe Run.
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